Solomillos de cerdo al horno

P1110292Hoy toca receta salada para variar.  El otro día, en el supermercado, vi solomillos de cerdo que no estaban mal de precio y pensé que hacía mucho que no los comíamos.  Los solía preparar en la sartén, después de haberlos dejado macerar un rato untados con mostaza amarilla (es una receta que hacía mucho mi suegra y que me encanta).  Pero este fin de semana me había propuesto dejar la comida del domingo preparada desde el sábado, porque últimamente cuando llegan mis hijos casados siempre estoy en la cocina y me pierdo todo lo que cuentan.  Encontré una receta apetecible para hacerlos al horno, pero sin salsa, así que la arreglé un poco.   Estaba pues tan contenta pensando que esta vez sí que no me iba a «pillar el toro»…  Pero el hombre propone y Dios dispone:  mis hijos vinieron a comer el sábado en vez del domingo, y no lo supe hasta las 11 de la mañana, más o menos.  Vamos, ¡que me volví a pasar el aperitivo en la cocina!  Esta semana guiso el viernes por la tarde, ¡lo prometo!  Bueno, me dejo de rollos y voy con la receta.  Las cantidades están pensadas para 11 ó 12.  Si no tenéis tanta familia, la receta es igual de válida con menos solomillos y menos patatas.  O si sois más, no hay más que añadir patatas, solomillos y algo de caldo para que salga más salsa.

INGREDIENTES:

  • 4 solomillos de cerdo de unos 500-600 gr cada uno
  • 4 patatas grandes
  • 2 dientes de ajo
  • 2 cucharadas de harina
  • 6 tiras de cáscara de limón (como las de la receta de la crema de limón)
  • 1 copita de vino de brandy
  • 1/2 litro de caldo de carne
  • Aceite, sal, pimienta y romero

MODO DE HACERLO:

Se limpian un poco los solomillos.  Se pelan las patatas y se cortan en rodajas finas.

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Se precalienta el horno a 180º.

Se pone un par de cucharadas de aceite de oliva en una sartén, y se fríen los solomillos enteros para sellarlos por fuera, a fuego no muy alto (lo puse en el nº 5, sobre 9).  Hay que dorarlos por todos lados.  Se reservan.  

Se salan las patatas y, en la misma sartén, añadiendo un poco más de aceite (pero no mucho, lo justo para que cubra el fondo de la sartén), se fríen un poco.  En la receta original se saltaban este paso, y ponían las patatas directamente sobre la fuente de horno.  Yo prefiero freirlas un poco antes para que no se queden crudas.  Se escurren bien, y se colocan en una fuente de horno haciendo una cama al solomillo.

Y se vuelve a aprovechar la sartén (quitando algo de aceite ahora), para sofreir los ajos en láminas y las cáscaras de limón.  

Se salpimentan los solomillos, se colocan encima de las patatas y se vierte por encima el aceite con los ajos y el limón.  Se pone una nuez de mantequilla encima de cada solomillo Se espolvorean las patatas con un poco de romero (o mejor, se pone una ramita de romero, si tenéis, a cada lado de la fuente de horno;  pero yo hoy no tenía romero fresco).  

Se baja el horno a 130º, se mete la bandeja con los solomillos y se dejan entre 25  y 35 minutos, según os guste la carne más o menos hecha.  Los míos estuvieron 25 minutos.

Se saca la fuente del horno y se envuelve cada solomillo en papel de plata para que reposen.  Se retiran las patatas (yo las pasé a otra fuente de horno, para poder mantenerlas calentitas a horno muy bajo hasta la comida).  Se tuestan las dos cucharadas de harina en una sartén, sin nada de grasa y sin dejar que se queme (hay que retirarla del fuego cuando empieza a estar marrón).  Se coloca la fuente de horno con el jugo que ha soltado la carne al asarse en el fuego, fuerte, y se echan las dos cucharadas de harina tostada.  Se les da un par de vueltas y se vierte entonces la copita de brandy.  Se flambea, y cuando se haya apagado la llama se añade el medio litro de caldo (que se puede hacer con pastilla) y un par de cucharaditas de mostaza (la que os guste más, yo usé mostaza Louit al estragón).  Se deja reducir un poco, se rectifica de sal y pimienta y se cuela la salsa a un cazo para poder calentarla bien justo antes de servir.  Hijas (e hijos también, ¡que en casa guisa todo el mundo!):  lo de flambear «asusta» un poco al principio, pero en cuanto acercáis un poco una cerilla encendida o un mechero a la fuente se prende el brandy y luego sólo hay que dejar que se consuma el alcohol para que se apague.  ¡No pasa nada!

Se pueden sacar los solomillos enteros a la mesa, o cortados en filetes de un dedo de ancho.  Se acompañan con las patatas y la salsa bien caliente.  Puse también de acompañamiento unos champiñones que tenía en la nevera.  Aunque parezca que hay muchos pasos, es una receta fácil de hacer.  ¡Y está buenísimo!  

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