Nueces garrapiñadas

Salsa agridulce

Ternera con almendras

Carne picada con masa real

Bacalao con salsa vizcaína

Tarta de chocolate jugosa

Esta semana fue el cumpleaños de nuestra nieta mayor, Macarena. ¡9 añazos ya! Acaba de hacer su Primera Comunión, y su madre nos contó que la semana de después ¡quiso ir a misa todos los días! Bueno, a lo que vamos. Maca me había pedido una tarta de chocolate, «pero no la de chocolate y galletas, que esa la vamos a hacer en casa. Otra». El caso es que mis hijos pidieron a los Reyes que me trajeran una suscripción por un año a los cursos de cocina on line de Scoolinary (que me están encantando, por cierto), y había visto en uno de ellos una tarta de chocolate súper jugosa y esponjosa. Así que me he puesto manos a la obra, y éste de arriba es el resultado (la tarta original estaba adornada con una crema de chocolate, pero a mi nieta le encantan los frutos rojos y la he adornado con fresas y frambuesas que le han «dado frescor» como dice Juan, y se aligera un poco la tarta. No es difícil, lo más complicado es batir mucho los huevos con el azúcar hasta que queden muy esponjosas. Yo las he montado con un robot chiquito —que me trajeron los Reyes también hace unos años—. Se puede montar con batidora de varillas eléctrica (hacedlo en dos tandas para que sea más fácil y rápido). Y si lo hacéis con varillas a mano, ¡paciencia y músculo! Se puede hacer sin gluten, poniendo maicena o almendra molida en lugar de harina. Va la receta:

INGREDIENTES:

  • 300 g de chocolate negro (he usado Valor)
  • 300 g de azúcar
  • 10 huevos L
  • 200 g de mantequilla
  • 80 g harina

MODO DE HACERLO:

Precalentar el horno a 180º.

Batir por un lado los huevos con el azúcar, hasta que haya subido y esté esponjoso. No tiene que quedar muy montado como unas claras, pero sí tienen que crecer y blanquear.

Mientras se montan los huevos, se pone la mantequilla en un cazo al fuego para que se derrita. Con fuego mediano fuerte, pues tiene que coger temperatura para que luego se funda el chocolate. (Podéis ponerlo todo junto a derretir también, chocolate + mantequilla, al baño maría; pero yo lo escribo como indicaba la receta, y como lo he hecho). Si usáis chocolate de cobertura del que viene en pastillitas, mejor. Pero si, como yo, usáis una tableta de chocolate conviene trocearla para que se derrita antes. Cuando la mantequilla esté derretida y caliente, se separa del fuego, se le añade el chocolate y cuando esté derretido se mueve con la espátula para integrarlo bien a la mantequilla.

Tamizar la harina y reservarla

Se mezcla el chocolate con las yemas; se hace en dos o tres veces para que la masa quede homogénea. Hay que hacerlo con la espátula (o con varillas de mano), moviéndola de abajo arriba para que la mezcla no pierda mucho aire y el bizcocho quede esponjoso. Cuando esté todo bien integrado, se añade la harina y se mezcla (siempre con movimientos envolventes, como antes).

Se prepara un molde desmontable con mantequilla y harina, para facilitar el desmoldado. Se vierte la masa y se mete al horno 30 minutos.

Si al cabo de este tiempo veis que el centro está excesivamente crudo (al sacarlo del horno se mueve mucho la parte de arriba) podéis apagar el horno y dejarlo 10 minutos más. Pero tened en cuenta que no tiene que cuajarse del todo, el centro tiene que quedar muy blandito y húmedo.

Sacarlo del horno, y dejarlo enfriar. Se desmolda entonces, pasando un cuchillo por el borde para que sea más fácil. Se adorna con frutos rojos y se espolvorea con azúcar glace. ¡Y ya está lista para comer!

Rosquillas de anís

¡Hace siglos que no cuelgo nada! No es que haya dejado de guisar, es que las recetas nuevas que he hecho últimamente no han salido redondas, y hasta que no las mejore no voy a escribirlas.

Las rosquillas de hoy sí han triunfado. Lleva Juan varias semanas pidiéndome que las hiciera, pero no tenía anís. Hasta esta mañana, que he salido a comprarlo, jeje. ¡Lo malo es que he hecho pocas! La próxima vez tendré que doblar las cantidades. Va la receta.

INGREDIENTES:

  • 230 g de harina
  • 45 g de azúcar
  • 5 g de levadura Royal
  • 30 g de leche
  • 15 ml de anís dulce
  • 30 g de huevo batido
  • 45 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • Aceite de girasol para freir
  • Azúcar para rebozar

MODO DE HACERLO:

Se mezcla en un bol grande la harina, la levadura y el azúcar. Se hace un hueco en el medio para poner los líquidos: leche, anís y huevo batido (he batido previamente un huevo L en un vaso, para añadir la cantidad indicada en la receta). Añadir también la mantequilla en trozos.

Ir trabajando con las yemas de los dedos haciendo movimientos cicrculares, de dentro afuera, para ir integrando la harina poco a poco. Cuando esté todo bien integrado, se amasa un par de minutos para conseguir una masa homogénea. Si queda muy pegajosa se puede añadir un poco más de harina. Y si muy seca, un poco más de leche (es lo que me ha pasado a mí). Tiene que quedar algo pegajosa, pero manejable. Se envuelve en papel film y se enfría unos 30 minutos en la nevera (se puede dejar más tiempo).

Se saca la masa de la nevera, se van tomando porciones y se estiran en forma de bastón, se unen los dos extremos presionando bien para que queden pegados y no se abran al freir. Hay que intentar que queden todas más o menos del mismo tamaño (aunque podéis comprobar por la foto que yo las he hecho cada una de su padre y de su madre). Es mejor formar primero todas las rosquillas, porque se fríen rápido.

Se calienta el aceite en una sartén y se fríen las rosquillas a fuego medio (pongo el fuego en el número 6, sobre 9). Se pasan a un papel absorbente primero, y se rebozan con azúcar antes de que se enfrien del todo.

Tarta Nanaimo

¿Habíais oído hablar de ella? Yo no, hasta que el año pasado nos habló Borja de ella. En su casa vivía un canadiense que la pidió de postre por su cumpleaños, y a Borja le encantó: «¡es buenísima! tiene galleta, coco, chocolate, nueces, mantequilla…» Tardé tiempo en aprenderme el nombre. Y la receta me la tuvo que mandar Borja (que la pidió por supuesto a su amigo canadiense). Hace 15 días pasó Borja por Madrid unas horas, de vuelta a Roma. Vinieron sus hermanos a comer e hice la tarta Nanaimo con la receta que me había mandado Borja. Está en esta página, allrecipes.com, donde hay también un video que explica cómo se hace. Y, por supuesto, las fotos son muuucho mejores que las mías. He transformado las cantidades a gramos. Y he sustituido las galletas Grahams Crakers de la receta original por galletas María. Además, como mi molde era más grande (aunque más bajito que el del vídeo), usé más cantidad de chocolate para cubrir la tarta. Es muy fácil de hacer y está muy buena, ¡probadla!

INGREDIENTES:

Primera capa:

  • 50 g de azúcar
  • 100 g de mantequilla blanda
  • 30 g de cacao en polvo sin azúcar
  • 1 huevo batido
  • 40-50 g de nueces, o de almendras crudas
  • 75 g de coco rallado
  • 150 g de galletas molidas

Segunda capa:

  • 50 ml de nata líquida
  • 100 g de mantequilla
  • 260 g de azúcar
  • 2 cucharadas de preparado para flan (por ejemplo flan Potax)

Tercera capa:

  • 200 g de chocolate
  • 100 g de mantequilla
  • Sal en escamas

Modo de hacerlo:

Poner al baño María la mantequilla, el cacao en polvo y el azúcar de la primera capa. Mezclar bien y dejar que se derrita del todo la mantequilla. Se añade entonces, mezclando con un batidor de varillas y vertiéndolo en hilo, el huevo batido.

Retirar del fuego y añadir las galletas molidas, el coco rallado y las nueces o las almendras partidas en trozos pequeños. Se pone una primera capa en el molde con esta mezcla. Se puede forrar el molde con un papel de horno para facilitar el desmoldado. Yo no lo hice y se desmoldó bien.

Acto seguido se prepara la segunda capa. Para ello se mezclan con batidora de varillas eléctrica (si la tenéis, porque es más fácil) la nata, la mantequilla y el preparado para flan. Cuando se consiga una mezcla ligera y esponjosa se añade el azúcar, se mezcla bien y se extiende por encima de la primera capa.

Se mete a la nevera hasta que se quede dura esta segunda capa, mínimo media hora. Pero yo la hice de víspera, así que lo cubrí con papel film en contacto con la crema para que no se secara.

Para la tercera capa, se derriten el chocolate y la mantequilla al baño María. Se cubre con este chocolate la tarta, se espolvorea con sal en escamas y se vuelve a meter en la nevera para que se quede duro el chocolate.

Se puede desmoldar o cortar como si fueran barritas.

Bizcocho de chocolate fácil

Hoy, receta dulce de nuevo. Hace tiempo, buscando recetas en Internet, me topé con un programa de Robin Food (David de Jorge), en el que hacía «el bizcocho de chocolate de Alain Chapel». Aparte de explicar quién era Alain Chapel, decía varias veces que era un bizcocho súper fácil de hacer y que quedaba muy jugoso y muy rico. Este sábado me acordé, y decidí buscar la receta ccon la intención de usar el bizcocho para hacer una Sachertorte fácil; pero quedó tan cremoso y jugoso que cambié de idea y lo cubrí de nata sin más. Un postre a la altura de todas las buenas noticias que teníamos que celebrar el domingo: nacerán cuatro nietos de aquí a diciembre, si Dios quiere, pues todos nuestros hijos casados están esperando un niño. Y, en diciembre también, se casará Sol. ¡No podemos más que dar gracias a Dios!

En la receta original usan chocolate negro de por lo menos 70% de cacao. Yo no tenía, y usé el chocolate negro Valor que utilizo siempre para postres. Si usáis un chocolate muy amargo, añadid 50 g de azúcar a la receta.

Animaos a hacerlo, porque es muy muy fácil y está buenísimo. Va la receta:

INGREDIENTES:

  • 190 g de chocolate negro
  • 180 g de mantequilla
  • 90 g de harina
  • 250 g de azúcar
  • 6 huevos

MODO DE HACERLO:

Se empieza precalentando el horno a 160º. Acto seguido se prepara el molde «encamisándolo» (vamos, que se unta de mantequilla y se cubre de harina -retirando la sobrante, claro-. También se puede cubrir la base con papel de horno, será más fácil desmoldarlo luego.

Se pone el chocolate a derretir al baño María. Podéis hacerlo también en el microondas (a media potencia, y poco a poco para que no se queme el chocolate). Cuando esté derretido, añadidle la mantequilla cortada en cuadraditos para que se derrita, mezclando con una lengua, y reservar.

Se baten los huevos como para tortilla con una varilla de mano, y se les añade el azúcar. Cuando esté el azúcar bien mezclado, se añade la harina y se mezcla bien (siempre con la varilla de mano).

Se añade entonces el chocolate a la mezcla de huevos, se incorpora bien. Se vierte la mezcla en el molde, y se mete al horno unos 20 minutos; me dio la sensación de que estaba demasiado blando en el centro a los 20 minutos, por lo que apagué el horno y lo dejé dentro cinco minutos más. No tiene que cuajarse del todo.

David de Jorge lo espolvoreó, una vez frío, con azúcar glass y cacao en polvo. Yo, como escribí al principio, lo cubrí de nata. Y, como acababa de comprar un bote de cereza liofilizada en María Lunarillos y todavía no la había probado, espolvoreé la nata con ella. ¡Buenísimo!

Huevos Villemont

¡Cuántos recuerdos! He contado en alguna ocasión que a mi padre le gustaba cocinar, y tenía varias recetas «estrella» con las que triunfaba siempre como unos champiñones con eneldo buenísimos, una salsa holandesa que le salía de vicio… Entre ellas, esta receta de hoy. Son unos huevos escalfados con una salsa de pimiento y acelgas. Dicho así no parece muy atractivo, pero os prometo que es un plato de lujo. En muchas ocasiones le serví de pinche mientras los preparaba (porque a mi padre le gustaba guisar, pero no era muy ducho con los cuchillos y necesitaba ayuda para la «mise en place»… ¡para cortar las verduras, vaya!). Pero yo no prestaba mucha atención a las cantidades que utilizaba, la verdad. Cuando murió, yo heredé alguno de sus libros de cocina, y en uno de ellos me encontré con la receta, que se llamaba así: huevos Villemont. Es una receta francesa que utiliza mantequilla para rehogar las verduras. Pero si queréis aligerarla podéis rehogarlas en aceite de oliva. Yo la copio tal como la encontré en el libro, que es como la hacía mi padre.

Veréis que no es difícil prepararla. Podéis hacer los huevos escalfados, o cocidos a los 5 minutos. O en una cacerola para escalfar huevos, si tenéis una (no es un utensilio muy habitual, pero a mi me resulta muy práctico).

Bueno, vamos con la receta:

INGREDIENTES (para 8 personas) :

  • 16 huevos
  • 200 g de mantequilla
  • 1/2 l de nata líquida
  • 20 cl de leche
  • 20 g de harina
  • 600 g de cebolla
  • 100 g de hojas de acelga (las podéis comprar ya cortadas en bolsa)
  • 1 pimiento rojo
  • Sal, pimienta y nuez moscada

MODO DE HACERLO:

Cortar las cebollas en juliana (en tiras, vamos) fina, el pimiento también en juliana (pero no tan fina). Lavar las acelgas (si son de bolsa no hace falta, ya están lavadas) y picarlas toscamente. Os recuerdo que se usan sólo las hojas.

Rehogar la cebolla en la mantequilla de 5 a 7 minutos, removiendo con una cuchara de madera. Al cabo de este tiempo, tapar la cacerola y dejar cocer a fuego lento. En total tiene que cocer tapada 15 minutos; a los 10 minutos se incorporan los pimientos y las acelgas. Hay que cuidar que las hortalizas no tomen color (que no se doren, vaya).

Al cabo de los 15 minutos, se espolvorean con harina y se rehogan removiendo con la cuchara de madera. Se vierte la leche templada poco a poco, removiendo para evitar que salgan grumos. Se sazona con sal, pimienta y nuez moscada al gusto (a mi marido, por ejemplo, no le gusta la nuez moscada y yo no suelo ponerle, o pongo poquita).

Dejar a fuego suave (en el 4 sobre 9, en mi cocina) unos 20 minutos. Incorporar la nata y llevar a hervor.

En cuanto empieza a hervir se retira del fuego, se prueba de sal y se rectifica si hace falta. Se pasa la salsa por una batidora y luego por un chino, para que quede muy suave.

Se hacen los huevos. Si los hacéis a los 5 minutos, peladlos y cortadlos por la mitad. Se ponen los huevos en una fuente y se bañan con la salsa, y se sirve inmediatamente.

Podéis tener la salsa hecha, y hacer los huevos en el último minuto.

Una variante, que era como los servía mi padre: en rebanadas de pan de molde, cortar círculos con el borde de un vaso y freírlos en aceite bien caliente. Escurrirlos bien, y ponerlos como base para los huevos.